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domingo, 22 de noviembre de 2015

Científicos descifran el genoma de estos primates, que puede ayudar a explicar su particular carácter pacífico y sexualmente muy activo

Un equipo internacional de científicos liderado por el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig (Alemania) ha conseguido secuenciar por completo el genoma del bonobo, el último gran simio cuyo código de barras quedaba por descifrar. El estudio, que aparece publicado en la revista Nature, muestra que los bonobos son junto a los chimpancés los parientes vivos más cercanos al ser humano. En cuestión de genética nos diferenciamos muy poco, apenas un 1,3%, de ambas especies, que entre ellas son aún más parecidas, pero mientras los chimpancés tienen un carácter más agresivo, los bonobos son conocidos por ser pacíficos, juguetones y sexualmente muy activos. La investigación puede ayudar a identificar las bases genéticas de estos comportamientos tan dispares e incluso, quizás, comprendernos mejor a nosotros mismos.

El bonobo es el último gran simio que faltaba por secuenciar, después del chimpancé, el orangután y el gorila, cuyo genoma se ha conocido este mismo año. Nuestra «marca de fábrica» coincide con la de bonobos y chimpancés en la misma proporción (un 98,7%). Sin embargo, el estudio, realizado con el ADN de Ulindi, una hembra de bonobo del zoológico de Leipzig, revela que en algunas regiones específicas estamos más cerca de los bonobos que de los chimpancés, mientras que en otras ocurre precisamente lo contrario. Ambas especies son aún más similares entre sí: su genoma solo se distingue en un 0,4%. «Esas diferencias son las interesantes, porque pueden ayudarnos a entender algo tan complejo como es el comportamiento», afirma a ABC.es Tòmas Marquès Bonet, investigador del Instituto de Biología Evolutiva, centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Pompeu Fabra, que ha participado en la investigación.

La bonobo Ulindi

Los bonobos y chimpancés se separaron hace apenas un millón de años, pero, en efecto, sus comportamientos sociales son muy dispares. «Mientras el chimpancé es más agresivo, con episodios frecuentes de ‘guerras’ entre tribus y un fuerte componente territorial, el bonobo se caracteriza por su carácter pacífico y por su alto nivel de actividad sexual», explica Marquès Bonet. «En los bonobos, el sexo tiene una función de unión social, pacificadora y de reducción del nivel de estrés».

Separados sin cruces

Según el investigador, el estudio revela «que hubo un proceso de creación de especies limpio y sin cruces posteriores». Los territorios que ocupan los bonobos y los chimpancés en África central están muy próximos, separados solo por el río Congo. Se cree que la formación de este río pudo ser la causa de la evolución del antepasado de los chimpancés y los bonobos en dos especies de simios distintas.

El objetivo de los científicos es buscar las bases genéticas que puedan explicar las diferencias de comportamiento entre bonobos y chimpancés. «Hemos localizado unos pocos genes candidatos, pero se necesitará seguir investigando para determinar si estas regiones contribuyen de algún modo a las diferencias y similitudes de comportamiento» entre las distintas especies, concluye Marquès Bonet. «Ahora, tenemos que empezar a buscar».

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